Para terminar el año y volver a lecturas filosóficas, elegí a uno de mis autores favoritos. Siempre claro y concreto, reconstruye el pensamiento de los filósofos cínicos, a partir de lo poco que quedo registrado de este grupo (no se si puede llamarse escuela). Centrado en la figura de Diógenes y mostrandolo como un opositor a Platón, muestra claramente el discurso cínico. Que me gustó, que los perros eran muy parecidos a los anarquistas.
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