Viernes 28 de mayo, noche de teatro en el impactante Cervantes. Como el jueves otra vez poca gente, parece que el Bicentenario cansó a todo el mundo. Linda obra, con un Pompeyo Audivert sobresaliente y una temática que es muy actual. Un conductor al que nada lo conmueve o le importa, ni la enfermedad, ni la muerte, todo vale para seguir con el espectáculo. Pareciera una crítica a la TV acual, si bien es una obra escrita hace varios años. Recomendable
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