Vi esta obra el viernes 5 de junio en la sala Martín Coronado del teatro San MArtin. Fue buena, me gustaron particularmente los diálogos entre el famoso Marquez de Sade y el revolucionario Jean Paul Marat, donde se contrapone el nihilismo de Sade y el espíritu de cambio continuo de Marat. Sin ninguna duda hoy ganaria la disputa Sade. Todo esto en medio de situaciones grotescas y delirantes, ya que se trata de una obra dentro de una obra, que transcurre en un psiquiatrico. Me gusto particularmente la actuación del relator, con un despliegue impresionante, y la novedad de que había público sobre el escenario.
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